
Pasan los dias y los meses
y al fin ese gran arbol pudo engendrarte...
Maduraste y caiste, como todos los frutos...
Tan dulce y delicado,
tan fresco y delicioso...
Te vi y ni caso te hise...
pero luego sentia una gran nostalgia...
Tiempo paso y me gustaste demasiado,
pero ese gusto acabo envolviendome
en un vicio interminable...
Teniendo que arrancar parte de mi
ir te deje...
y mi alma se desvanecia entre viento
de aquella triste tarde...
Tiempo a pasado,
y aun los recuerdos giran en mi mente
como huracanes que arrasan con todo...
Durazno,
tu aroma habia entrado por mis poros
y tu dulcura me habia invadido el alma...
Ahora lejos estas...
y quizas sea lo mejor...
Ya solo me queda el baile
de un atardecer entre la niebla...
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